Me encuentro contigo casualmente en el súper, vas vestida con un leggins hasta las pantorrillas, nos miramos a los ojos, sin decirnos nada seguimos comprando, sin separarnos ni perdernos de vista. Cuando nos acercamos a pagar, nos colocamos en la fila de cajas contiguas, esperamos nuestro turno, avanzas primero y cuando pagas tu cuenta te diriges a la salida empujando el carrito del súper, sin voltear a mirarme, como si quisieras provocar mi angustia. Sabes que la vez anterior que nos encontramos, terminamos cogiendo en mi departamento. Ahora estamos los dos mentalizando lo que podemos hacer en esta oportunidad, me encanta que me chupes la verga y tragues mi semen y a tí te encanta también. Me dirijo a la salida y no te encuentro, sigo caminando hacia el estacionamiento y te veo mirando unos escaparates.
Me acerco por detrás y al pasar junto a ti susurro a tu oído -esta vez quiero que comencemos con mi verga en tu boca ...
En voz baja, sin voltear a mirarme, me respondes -te sigo, te la mamo en el estacionamiento ...
Sigo mi camino, llego a mi auto, guardo mis compras y mientras te acercas por detrás, me abrazas y pones tus manos en mis huevos. Terminamos de guardar tus compras, le ofrezco una propina al vigilante, que ya conozco de vista, nos subimos al auto, arranco y comienzo a circular por los pasillos. Siento cuando te inclinas, abres la cremallera de mi pantalón, mi verga se pone tiesa al sentir tu mano, tu boca comienza a besar la cabeza de mi pene que se pone duro y caliente dentro de tus labios.
Encuentro un lugar para aparcar y estaciono el auto. Para entonces ya me has bajado el pantalón hasta las rodillas y mi verga está profundamente dentro de tu boca. Me la mamas con unas ganas y comprendo que acabaremos con una cogida buenísima, en mi departamento. Esto es solamente el principio. Tus manos sujetan mi verga y tu boca húmeda como vagina se mueve con excitación abrazando la cabeza de mi pene. Con tu lengua chupas la punta de mi verga, sabes que eso me excita súper cañón. Cuando me vengo recibes todo mi semen dentro de tu boca, tragando parcialmente conforme te lo suministro. Me encantas porque nunca dejamos rastros de semen en los asientos, sabes que eso no me gusta. Al terminar exprimes cariñosamente mi pene, hasta que sale la última gota de ese manjar que te encanta.
Nos incorporamos y arranco el auto para dirigirnos a mi departamento. Ambos sabemos que vamos a tener una sesión de sexo desenfrenado. Ya que me hiciste eyacular, mi rendimiento dentro de tu vagina primero y dentro de tu ano después, va a durar cosa de una hora. Cuando llegamos a mi departamento y terminamos de bajar las compras, cierro la puerta, te tomo en mis brazos, te llevo como bailando hasta mi habitación, comienzo a meter mis manos debajo de tu leggins, te tumbo sobre la cama, me quito la ropa al mismo tiempo que tú te desnudas también. Te pongo en cuatro delante mío y comienzo a nalguearte, primero despacito, pero después con más fuerza. Eso te encanta y te pone muy, muy caliente. Te penetro la vagina por detrás y comenzamos a ponerle ritmo a la cogida.
En un momento comienzo a tocarte el ano con la punta de mi dedo medio. Mojo mi dedo en tu boca con tu saliva, sigo acariciando el borde de tu ano y poniendo de tu saliva, sin dejar de mover mi verga profundamente dentro de tu vagina. En un momento tu excitación me indica que ya estás lista para recibir mi verga dentro de tu ano, ya abierto en un gran círculo que me invita a penetrarlo con todo el ímpetu del momento. Ahora hace ya unos 25 minutos que te estoy penetrando, saco mi verga de tu vagina para introducirla en tu ano, ya totalmente excitado y lubricado. Mi verga dentro de tu ano te hace sentir un placer enorme. Los movimientos de mi verga dentro de tu ano te ponen cada vez más receptiva, colocas tus caderas de modo que mi verga penetre lo más profundo posible dentro de ese rico ano que tienes para mí.
Cuando han pasado ya 40 minutos desde que metí mi verga en tu vagina, comienzo a sentir que estoy próximo a venirme. Te giras un poco, quedas recostada de lado, levanto tu pierna izquierda hasta mi cara, recargo todo mi peso sobre mi pene que está dentro de tu ano. Continuamos meneándonos hasta que mi semen sale a chorros dentro de ti. Cuando saco mi verga de tu ano, un hilo blanco comienza a escurrir de tu orificio, deteniéndose a la mitad de tu nalga ...
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